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Por Octavio Alvarado

Es bien sabido que, para llenar las vacantes de empleo, los empleadores demandan candidatos que sepan trabajar bajo presión.

De acuerdo a Saracho (2014), “el trabajo bajo presión es seguir actuando con eficacia bajo la presión del tiempo y haciendo frente al desacuerdo, la oposición y la adversidad” (p. 264). En esta definición se han listado 3 factores: tiempo, relaciones interpersonales y adversidad.

Tiempo

Las organizaciones y las personas no son máquinas. Una cafetera puede preparar 10 tazas de café en 10 minutos; contrario a lo que se cree, las organizaciones son un sistema cuyo engranaje los constituyen las personas. Un solo individuo puede tener más de una función en una empresa e interactuar con otros individuos. Esta interacción requiere considerar el tiempo de todas y cada una de las áreas con las que se interactúa para lograr las metas en el periodo establecido. Esto trae como resultado una planeación milimétrica de los tiempos de cada actividad. Por ejemplo, si el responsable de producción requiere hacer un pedido de materiales, debe hacerlo tomando en cuenta la fecha en que prevé necesitará surtir su inventario y el tiempo que toma al responsable de bodega en surtirle el pedido. Con estos datos, el responsable de producción podrá evitar retrasos en la producción.

No obstante, no siempre cada colaborador logra sus metas en el tiempo establecido; las relaciones interpersonales constituyen una presión para el colaborador.

Relaciones interpersonales

Ya que los individuos no son máquinas, se hace más difícil cumplir con la tarea asignada. Una computadora funciona si está conectada a un transmisor de corriente. Basta con conectarla y el transmisor de manera automática le trasfiere energía sin oposición alguna. No obstante, las organizaciones no funcionan bajo esa lógica, ya que cada una de las decisiones o acciones que emprende un colaborador, requiere la aprobación o el apoyo de otra área para lograrla. Durante ese proceso, se puede encontrar oposiciones y desacuerdo, y puede verse en la necesidad de sustentar sus ideas para recibir la aprobación y cooperación de todos.

Por ejemplo, el Departamento de Mercadeo decide pedir presupuesto para el diseño y ejecución de una nueva estrategia de marketing digital. La Gerencia General y la Vice-gerencia financiera opinan que el marketing digital es una tendencia que no funciona para la empresa y aumentaría los gastos. El gerente de mercadeo y su equipo, tendrán una presión sobre sus hombros: “gestionar una estrategia para presentar una propuesta que convenza a la junta directiva de las ventajas de esa decisión”.

El desacuerdo y la oposición son parte de la presión interna que el colaborador debe aprender a manejar, sea la frustración por no haber recibido aprobación en su solicitud o la capacidad para negociar demostrando los beneficios de su propuesta para la organización y quizá, en ese proceso, le tome mucho tiempo lograrlo. Una persona bien capacitada, sabrá sobrellevar esa presión, pero alguien que no tolera ese tipo de frustración, quizá termine perdiendo la motivación por el trabajo.

Adicional al tiempo y las relaciones interpersonales, la adversidad es un factor clave que ejerce presión en un colaborador.

Adversidad

 Las organizaciones no son islas y para operar exitosamente requieren lidiar con la presión de proveedores, competidores, intermediarios, clientes, organizaciones estatales, organizaciones sociales y la sociedad en general. La industria del cine representada por las grandes empresas productoras de Hollywood, por ejemplo, enfrentan una gran presión ejercida por los movimientos que promueven la inclusión y la identidad de género, así como la presión de las organizaciones conservadoras que se oponen a estas medidas. Facebook es otra organización que está enfrentando presión de la sociedad y su fundador ha sido citado ante el Congreso de los Estados Unidos para aclarar denuncias hechas por un ex colaborador interno de poner en primer lugar las ganancias que la salud mental de los adolescentes. ¿Podrán imaginar la presión que enfrenta cada colaborador de esta organización ante la incertidumbre del futuro de la organización? ¿Y la presión de los guionistas de la industria del cine para equilibrar su capacidad creativa con las exigencias de las sociedades tanto conservadoras como promotoras de la identidad de género? Este es un caso concreto de una industria que se ha vuelto viral por estas presiones. Pero al interior de las organizaciones lucrativas que ofrecen bienes o servicios de otra índole, también enfrentan estos tipos de presiones.

Por lo anterior expuesto, se establece que la dinámica del entorno externo se ve afectada por crisis económicas, sanitarias, legales, sociales, entre otras, que alteran la naturaleza rutinaria de las actividades. ¿Por qué se dice que la planeación en las organizaciones debe ser flexible? Porque debe ser capaz de ajustarse a los cambios en el entorno y esos cambios dan como resultado que las actividades diarias que realiza el colaborador se vean interrumpidas y hasta modificadas para lograr adaptarse al entorno. Lograr que la empresa alcance sus metas, pese a la adversidad, constituye una presión fundamental que todo individuo debe aprender a gestionar.

En síntesis, por muy productiva y organizada que sea una empresa, no es una máquina. Siempre será necesario operar en un ambiente hostil que se traduce en presiones internas (tiempo, oposición y desacuerdos) y externas (adversidad) que requiere de individuos capaces de trabajar muy a pesar de esas presiones para lograr resultados. No importa si es una empresa grande, mediana, pequeña o micro, siempre habrá presiones por lograr los objetivos de manera satisfactoria.

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